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De sobra es conocido que en las noches de los viernes y sábado los diferentes canales de televisión nos ofrecen un completo y vergonzante resumen de los hechos más destacados de los personajes del ‘cuore’. Todos los espectadores estamos ya acostumbrados a esta situación que se repite puntualmente fin de semana sí, fin de semana también.
Sin embargo, el pasado viernes la situación alcanzó su cuota más alta. Parecía que nada era más importante que la nueva cara de Belén Esteban. Si señores, en este país, y dadas las actuales circunstancias, lo más importante de todo era ver si Belén Esteban tenía bolsas en los ojos, si se las habían operado correctamente, como tenía la nariz y un sinfín más de retoques que la ‘princesa de San Blas’, como es nombrada por algunos medios, se había realizado.
Para desvelarlo el programa donde suele colaborar desplegó todo un arsenal de trapichuelas al más estilo protección de testigos para que nadie quitará sus ojos del programa durante toda la noche.
Una servidora, también estaba ante la pantalla, sí reconozco que también soy una cotilla, estaba alucinando ante tanto secretismo. Había más controles aquí que en los papeles del pentágono (historia conocida por mi gracias a periodismo especializado). Pero el sumun llegó cuando una señora que estaba en el público comenzó a llorar cuando vio a la eterna ex de Jesulín. Jorge Javier Vázquez, presentador del espacio televisivo que tenía la suerte de tener entre sus colaboradores a la recién estrenada Belén, se acercó a la señora para preguntarle que le ocurría. La mujer orgullosa de lo que estaba sintiendo dijo que era de emoción de ver a Belén porque la admiraba mucho.
Atrás quedan esos años en los que Marie Curie, Ana Frank y un sinfín de mujeres que rompieron barreras eran símbolo de admiración y orgullo. Donde va a parar, si puedes admirar a Belén Esteban, que tanto ha hecho por la sociedad, porque hacerlo de mujeres que total lo único que han hecho ha sido permitirnos avanzar, curar enfermedades, ser ejemplo de superación…, Lo dicho, pudiendo seguir a Belén las demás mujeres son simples aprendices.
Una cosa es ver programas del cuore, de deportes, de política, de medio ambiente, … cada uno ve lo que le gusta o lo que le dejan ver. Pero de ahí a sentir admiración por estos personajes que lo único que han hecho ha sido extender la mano para cobrar un sinfín de millones por contar sus miserias…. No sé si me dan más pena los personajes que salen en la televisión o las personas que los tienen idealizados y ven en ellos causas de admiración.
Ahora, cada cual que sea libre de elegir a sus ídolos, pero, por favor, sean selectivos.
Por Elena Briz
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